¿Suicidios tecnócratas?

«Mientras usted presidente del Consejo fugitivo, que no viene al Parlamento, y va a los periódicos a contar … iba a decir un taco… a contar mentiras a los periódicos, hay personas que no llegan a final de mes y que se están suicidando, usted lleva en la conciencia estos suicidios»

Antonio di Pietro tiene estas cosas. A veces es un tipo brillante y otras se le va la mano. El miércoles en el Parlamento se le fue. Desde hace un par de semanas los medios han empezado a dar mucha visibilidad a una serie de suicidios que, a primera vista, pueden estar relacionados con motivos económicos.

Ayer mismo, mientras Mario Monti presentaba en Nápoles su plan de reestructuración para Pompeya, un discapacitado intentó prenderse fuego en la Plaza del Plebiscito. Un agente de policía consiguió convencerle de que no lo hiciera justo cuando ya tenía preparados una botella con gasolina y un encendedor de cocina. Cuando consiguieron tranquilizarlo dijo que «no quiero caridad, solo vivir de una manera digna».

El miércoles, un empresario en quiebra se pegó un tiro en Roma y otro se colgó en Milán. El martes, una jubilada se tiró por el balcón de su casa porque, según los medios, le habían reducido la pensión de 800 euros a 600. La semana pasada un obrero se prendió fuego en su coche en Bolonia y otro, un inmigrante que llevaba cuatro meses sin cobrar, se inmoló en Verona.

Todo muy jugoso para ocupar una página y un buen espacio en los informativos. Sobre todo después del caso del anciano que se suicidó en Syntagma con nota incluida. Los medios de Berlusconi se han apresurado a culpar a Monti y sus recortes de un supuesto repunte en los suicidios. Il Giornale lleva toda la semana publicando piezas con el título: La crisis que asesina a los italianos. El de ayer es un ejemplo de manipulación al máximo nivel, mezclando supuestos datos oficiales de personas que se han quitado la vida con los penosos resultados económicos del tejido empresarial del país.

L’Espresso, en su edición de hoy, hace incluso un resumen de suicidios de empresarios desde noviembre de 2011, cuando llegó al Gobierno Monti.

El Instituto Nacional de Estadística Italiano (Istat) no tiene estudios actualizados y el 5 de marzo publicó los datos correspondientes a 2010 (PDF). Los suicidios por motivos económicos ese año fueron 182, seis menos que lo que dicen las tablas correspondientes a 2009.

Sí que es cierto que con respecto a 2005, 2006 y 2007, las cifras han aumentado considerablemente. Esos años hubo 105, 101 y 141 suicidios por motivos económicos respectivamente. Como la burocracia es la que es, hasta dentro de dos años no sabremos si de verdad el efecto tecnócrata llevó a los italianos a matarse en masa o no.

Un culo siempre es mejor que una noticia

Libero se ha apuntado a la última moda de los periódicos berlusconianos: sacar en su portada a alguien en pelotas para acusar a la izquierda de moralista por creer que es impropio de un primer ministro tener una red de prostitutas a su disposición, algunas de ellas menores.

Hoy le ha tocado la lotería a Romano Prodi y el calendario que unas cuantas chicas ligeritas de ropa le dedicaron en 2008. El texto de la noticia no es menos hilarante y recurre a la matraca de la prensa del régimen estos días atacando al diario L’Unità de Concita de Gregorio, por usar a una chica en minifalda para una campaña de publicidad creada por Oliviero Toscani. Da igual las veces que la directora les haya explicado a los honorables libertarios el significado de la minifalda en la liberación femenina. En el fondo, es una máxima del berlusconismo: repetir una mentira las veces que sea necesaria para convertirla en verdad.

El adalid de este tipo de ataques es Il Giornale, que consiguió superarse hace unos días sacando una foto del líder de Izquierda, Ecología y Libertad, Nichi Vendola, desnudo en una playa en 1979.

Fini el traidor, el fiestero y el marciano

El aparato mediático de Berlusconi tiene muy claro cómo defender al líder. Pasen y vean:

Primera de Il Giornale. Lunes, 9 de noviembre de 2010En el caso de Il Giornale más que ninguno, porque se ha llevado a portada a los tres elementos que tienen rabos y cuernos para el primer ministro italiano: Emma Marcegaglia, la presidenta de la patronal italiana; El Partido Demócrático; y obviamente, Fini.

Marcegaglia por haerle repetido tantas veces a Berlusconi que su política económica no está incentivando el trabajo de las pequeñas y medianas empresas, ni el mercado laboral.

El Partido Democrático porque para Berlusconi todo lo que esté a su izquierda representa al comunismo.

Y Fini… bueno, Fini, el traidor. No que traiciona su promesa a Berlusconi, sino que traiciona la palabra dada a los italianos: dimitir si la famosa casa de Montecarlo es de su cuñado.

Primera de Libero. Lunes 8 de noviembre de 2010Libero, otro de los adalides de la imparcialidad berlusconiana se centra en el hecho de que Patrizia D’Addario asistiera el pasado sábado a la apertura de la convención finiana. La fiestecita de Fini, lo titula.

Patrizia D’Addario es una de las chicas que asistía a las fiestas de Berlusconi y cobró dinero por acostarse con el primer ministro. Según ella, éste le prometió desarrollar el proyecto inmobiliario de su difunto padre y pasada la cama se olvidó.

D’Addario contó todo sobre Berlusconi en todos los medios habidos y por haber. Y de alguna manera, Libero establece una relación un poco extraña entre ella y Fini. El Fli dejó claro en un comunicado el sábado, para los mal pensados, que no aceptaba de ninguna manera la presencia de la prostituta de lujo en sus mitines.

Primera de il Tempo. Lunes, 8 de noviembre de 2010.Para terminar con la sesión propagandística de hoy, queda Il Tempo, que hace memoria de los años que Fini y Berlusconi comparteron mantel y confidencias.

El desmemoriado de Perugia, titula. Ha desembarcado un marciano, prosigue. Después de 16 años al lado de Berlusconi, fini pide la dimisión del premier, concluye. En mi opinión es la más original y la más sostenible periodísticamente hablando.

Pero Il Tempo se olvida de que Fini ya no forma parte del Gobierno; que si alguien ha querido quitarse de enmedio a Fini en todo este tiempo ese ha sido Berlusconi; y que si no fuera por Fini, Berlusconi no habría conseguido unir a muchos de los partidos de derechas que hoy se reúnen en torno al Pdl.