Marchionne viene a vernos

En la foto de la derecha, junto a Mariano Rajoy, tenéis a Sergio Marchionne, presidente de Fiat. Marchionne pasó el jueves por Madrid para decirle a nuestro Gobierno que Iveco, marca de Fiat Industrial, una de las ramas del grupo Fiat, invertirá 500 millones de euros en las plantas de Madrid y Valladolid y creará 1.200 puestos de trabajo.

No solo eso. «El Plan Industrial prevé también la instalación de un nuevo centro de I+D en la Comunidad de Madrid y el desarrollo y fabricación, en las dos plantas, de nuevos modelos con un alto contenido tecnológico», según Europa Press.

Para Rajoy, en la semana en la que su «línea de crédito» ha demostrado ser un peligro para nuestra economía y la de toda la zona euro, que llegue un tipo a la Moncloa y le diga que trae 500 millones y que encima va a crear empleo, es un notición.

Para los medios también. Casi todos rebotaron las noticias de agencia:

Elmundo.es: Iveco invertirá 500 millones en España y creará 1.200 empleos

Elpaís.com: Iveco prevé crear 1.200 empleos en Madrid y Valladolid durante cuatro años

Público.es: Fiat anuncia a Rajoy un plan de 500 millones y 1.200 trabajos en Iveco España

Expansión.com: Iveco, a las duras y a las maduras

Intereconomía: Iveco prevé crear 1.200 empleos

Viéndolo así, ¿quién puede no alegrarse? Ah, un momento. ¿He dicho Sergio Marchionne? Vaya.

En 2010, Sergio Marchionne, The car star, también le dio una buena noticia a los operarios de la fábrica de Pomigliano D’Arco, en Nápoles. El mensaje fue el siguiente: o renunciáis al convenio nacional firmado entre sindicatos y empresa y aceptáis el que os vamos a ofrecer nosotros directamente, o no habrá más inversiones.

El trato de Marchionne implicaba un aumento de los turnos de la cadena de montaje con una compensación de 30 euros más de salario al mes, la reducción de los tiempos de pausa y considerar como falta grave un baja pegada al fin de semana o participar en una jornada de huelga.

El dilema para los trabajadores de Pomigliano estaba en aceptar la nueva imposición de la empresa o quedarse sin trabajo. Marchionne se reunió con los sindicatos para explicarles el nuevo modelo y la Fiom, sindicato metalmecánico de la CGIL, se negó a firmar. Fiom se quedó fuera de la fábrica porque dentro de ese nuevo modelo se estipulaba que los sindicatos que no aceptaran e acuerdo perderían el derecho a representar a los trabajadores dentro de la empresa. Más del 70% de los trabajadores de Pomigliano estaba afiliados a la Fiom.

Después de Pomigliano le llegó el turno a la fábrica de Mirafiori, la niña bonita de Fiat en el norte de Italia. El procedimiento fue el mismo. O aceptáis los nuevos acuerdos directos empresa-operarios o se cierra el grifo y me llevo la producción al extranjero. Firmaron. La Fiom se quedó nuevamente sin representación.

¿Qué hizo el Gobierno de Berlusconi mientras tanto? En enero de 2011, con un panorama político incendiado como de costumbre por los escándalos de Il Cavaliere, una economía hundida y un conflicto social a punto de estallar en la calle a causa de los recortes, Berlusconi reconoce que la única manera de que Italia aumente su producitividad es aplicando el modelo Marchionne a toda la industria y ofrece a la oposición un pacto para impulsar el crecimiento económico.

Para hacerse una idea de cómo estaba el ambiente basta ver que Berlusconi no hizo el ofrecimiento en público, sino mediante una carta a Il Corriere della Sera y una serie de videomensajes al más puro estilo dictador en el exilio.

A estas altura Marchionne jugaba a dos bandas. Por un lado presionaba al Gobierno exigiendo una reforma laboral que le diera más flexibilidad a la producción de la Fiat y por otra se reunía con Barack Obama tras hacerse con el control de Chrysler. La idea era: si no me hacéis caso me llevo Fiat a Detroit.

En septiembre, después de dos planes de ajustes brutales, Berlusconi anuncia nuevos recortes y propone la reforma del artículo 8 del estatuto de los trabajadores, dando el primer paso para permitir a las empresas negociar directamente los convenios sin interferencias sindicales. Gracias a la oposición de los sindicatos y a la responsabilidad de la patronal la norma nunca entró en vigor.

La situación política, social y económica siguió deteriorándose en Italia en los siguientes meses y acabó con la dimisión de Berlusconi. Marchionne, antes de final de año, tratando de marcar el camino de la futura reforma laboral del Gobierno tecnócrata de Mario Monti, anunció la suspensión en todas sus fábricas de los acuerdos sindicales, declarando la guerra a la Fiom -y por tanto a la CGIL-, que no había firmado el chantaje de Pomigliano y Mirafiori.

Esto es lo que les dijo por carta a los sindicatos:

«Con el objetivo de reorganizar y armonizar las disciplinas colectivas contractuales de las fábricas […] y de hacerlas cocherentes y compatibles con las condiciones de compettividad y eficiencia os comunicamos la suspensión a partir del 1 de enero de todos los contratos aplicados en el grupo Fiat y de todos los demás contratos y acuerdos empresariales y territoriales vigentes, incluidos los que conllevan la renovación automática una vez terminados, así como cualquier otro compromiso que esté en vigor actualmente»

Además, también anunció por carta su salida de Confindustria, la patronal italiana:

«Fiat ha mostrado desde el inicio su interés por dos medidas que habrían resuelto muchos puntos clave de las relaciones sindicales garantizando las certezas necesarias para el desarrollo económico de nuestro país. Este nuevo cuadro de referencia, en un momento de particular dificultad económica mundial, habría permitido a todas las empresas italianas afrontar la competición internacional en condiciones menos desfavorables respecto a la competencia. Pero con la firma del acuerdo interconfederal del 21 de septiembre se ha iniciado un debate […] que ha redimensionado las espectactivas [de modificación] del artículo 8.

Fiat, que está empeñada en la construcción de un gran grupo internacional con 181 establecimientos en 30 países, no puede permitirse seguir operando en Italia con un cuadro de incertezas que la alejan de las condiciones existentes en todo el mundo industrializado»

Saliéndose de Confindustria y suspendiendo los acuerdos sindicales Marchionne se aseguraba poder hacer con los trabajadores de sus fábricas lo que le viniera en gana.

Es muy posible que los trabajadores de las plantas de Iveco en Madrid y Valladolid estén esperanzados por la nueva inversión pero seguro que no se fían un pelo de Marchionne. En los últimos tres años han sido despedidas 348 personas del grupo. La diferencia es que en España, a The car star, no le ha hecho falta enfrentarse ni al Gobierno ni a los sindicatos.

Podéis echar un ojo a los siguientes enlaces:

Ereiveco.foroactivo.net

El blog del Foro Ere Iveco España

Esta es la evolución del valor de las acciones en bolsa del grupo Fiat desde 2007

Sergio Marchionne se ha embolsado entre 2004 y 2011 255,5 millones de euros, es decir, casi 39 millones al año, lo que corresponde a 1.037 veces el sueldo medio de sus trabajadores.

¿Sabéis dónde tiene sus residencia fiscal? Comienza por Sui y termina por za.

Para terminar, un clásico en Españaland. Maurizio Crozza y su imitación de Marchionne en Italialand

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