La llamémoslo entrevista

El Instituto de Estadística informaba esta mañana de que la renta media de los italianos se ha reducido un 2,7 % en el último año, la peor cifra desde 1995. Ayer, insistía – por cuarto mes cosecutivo- en que uno de cada tres jóvenes entre 15 y 24 años está en el paro. Y voilà. El TG-1, el informativo de la Rai, se ha sacado de la manga una… llamémoslo entrevista a Berlusconi.

Contenido: El «empujón» a la economía que el Gobierno ha puesto en marcha.

Continente: Informativo más visto por la tercera edad.

Duración: 3’55»

Guión: Preguntar al primer ministro sobre eso que preocupa tanto a los italianos y que no tiene que ver con prostitutas porque el primer ministro italiano nunca ha pagado por tener sexo con una mujer y son todo invenciones de los jueces comunistas que controlan el país ya que Karima el Mahgroug, alias Ruby, era claramente la nieta de Mubarak, tenía 25 años, y el propio Cavaliere lo creía así porque si no, no habría llamado a la comisaría de Milán el 27 de mayo de 2010 donde estaba detenida por haber robado 3.000 euros para pedir que la liberaran por miedo a un encontronazo diplomático con Egipto de imprevisibles consecuencias [Fuentes de Palazzo Chigi confirman que la revolución popular egipcia no tiene nada que ver con una chica llamada Ruby o Karima].

La Rai puede presumir de haber inventado un nuevo tipo de llamémoslo entrevista. La llamémoslo entrevista de propaganda electoral gratuita.

Una llamémoslo entrevista que llega a menos de 24 horas de la votación en el Parlamento sobre el federalismo fiscal, proyecto de ley que de no aprobarse mandará a Berlusconi a las urnas porque la Liga Norte lo ha decidido así.

Antecedentes: Después de 15 días en los que sólo se hablaba de bunga bunga, Berlusconi decide que ya es suficiente. Que es hora de volver a ser primer ministro. El viernes envía un nuevo videomensaje en el que ensalza las acciones de su Gobierno y el lunes manda una carta certificada al Partido Democrático para hablar de economía. El Partido Democrático dice que es tarde, que le gusta más hablar de prostitutas, y que para hablar de economía ha tenido dos años de legislatura. El lunes por la noche vuelve la cara Mr. Hide de Berlusconi repartiendo insultos a diestra y siniestra porque nadie quiere hablar de economía. El martes por la mañana los diarios del régimen cargan contra la oposición. El mismo día en que se sabe que la Fiscalía de Milán sabe que hay una cuenta -oh cielos-. Una cuenta desde la que Berlusconi habría pagado a algunas mujeres. Y hoy se conoce que entre esas mujeres está la madre de Noemi Letizia, la chica que susurraba a los caballos llamaba «papi» a Berlusconi.

Il Cavaliere se pregunta cómo puede ser que volvamos a hablar de esto cuando está en plena precampaña electoral, así que la televisión pública le echa una mano. La llamémoslo entrevista transcurre de la siguiente manera. Un periodista de la Rai graba unas preguntas en la sala de algún palacio de la capital. El primer ministro responde a esas preguntas desde el mismo escenario en el que el viernes envió el videomensaje. Pero a juzgar por el movimiento de sus ojos no está leyendo los labios al periodista, sino que está leyendo las preguntas en un prómpter.

No creo que las preguntas estuvieran preparadas desde el viernes porque el dato del Istat ha salido hoy. Pudiera ser -puestos a pensar mal- que el Gobierno ya supiera los datos del Istat el viernes y que pidiera a la Rai amablemente hacer a entrevista para aclarar todo lo que no tiene que ver con prostitución. -Pero sólo puestos a pensar mal-

Conclusiones:

1.- Ser periodista de la Rai en los tiempos del berlusconismo tardío debe requerir unas cantidades de absenta y prozac increíbles.

2.- Muy mal le deben ir las cuentas al Cavaliere para estar intentando vender la idea de que hace algo desde hace unos días.

Entiendo que pedir que todas las televisiones públicas sean como la BBC es mucho, pero me gustaría ver a Berlusconi hablando con Jeremy Paxman.

El Islam, visto por los británicos

La percepción de la comunidad musulmana en el Reino Unido se deterioró gravemente tras los atentados del 7 de julio de 2005 en Londres. La situación es difícil de solucionar ya que ni medios de comunicación, ni el Gobierno, ni los musulmanes británicos parecen dispuestos a dar un paso adelante. Las diferentes asociaciones civiles y campañas dirigidas para evitar la desconfianza no están surtiendo efecto. También hay un doble discurso instaurado en la sociedad que está siendo explotado por los grupos más extremistas.

Un ejemplo reciente es la detención de 10 estudiantes paquistaníes en abril del año pasado en el norte de Inglaterra. El Gobierno calificó la operación como «el mayor golpe dado al terrorismo islamista» en la historia de la Policía. Pero la realidad fue distinta. Nunca se probó la supuesta relación de los arrestados con una banda organizada que pretendía atentar «inminentemente» contra la población civil. Los inculpados fueron deportados a su país, donde cargan con el estigma del terrorismo en sus espaldas.

Desde entonces, el Gobierno ha tratado de mejorar las relaciones con Pakistán. El país asiático es visto por Londres como el máximo responsable de la fluctuación de terroristas hacia Europa. El Ejecutivo ha emprendido allí acciones conjuntas con el Ejército paquistaní y EEUU para terminar con los bastiones de Al Qaeda en la frontera con Afganistán. Pero al mismo tiempo ha puesto en marcha una campaña antiterrorista en el Reino Unido sin precedentes.

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